viernes, 14 de diciembre de 2007

Hoy quería ser un deshollinador

(Después de unas largas vacaciones...algo de fines de setiembre:)

Hoy quería ser un deshollinador.
Y caminar por los techos de las casas, saltando los desniveles, resbalando por las ventanas.

Quería salir de la oficina. Tomarme un ómnibus aéreo y volar por encima de todas las calles para caer directamente en el agua gris del mar ese, que se ve allá.

Suavecito. Las lágrimas caen suavecito y calentito.

Quería tirarme por las chimeneas como por un tobogán. Limpiarme de cenizas. Ser una ceniza. Un carbón. Pintarles las caras a los de al lado, soplarles los ojos, pedirles perdón. Tocarle el pelo, hacerle una trenza, preguntarle qué hora es y a dónde voy. Abrir la puerta para no ir a jugar y en el corredor sacarme la ropa, doblarla, pisarla, meterla en un ojal. Vestirme de nuevo, gritar muy alto, romper las cámaras….no volver a llorar.

Y no lo hice. Me quedé sentada, pegada, doblada contra el respaldo insulso de la silla. Al lado de la ventana. En frente de los techos. Pegado al cielo. Mirando lejos y respirando hondo, buscando en el perfil de la de al lado una canción.

Hoy quería ser un deshollinador. Meterme en mis intestinos, navegar por los túneles de mi memoria, almorzar en mi estómago callado bajo el sol de primavera. Un refuerzo de salame. Un huevo duro con sal.

Quería escaparme de las palabras, de las teclas, de la luz interminable y apretar el botón. Tener una escoba mágica, barrer los pedazos de miradas, juntarlos con la pala, guardarlos en un cajón. Barrer las cenizas, subirme a la escoba, cobrar por mi trabajo y volar hasta ese mar…esa nube…esa gaviota…esos ojos…atravesar el iris, sentarme a esperar en la pupila, hamacarme en las pestañas…


y caerme en el infinito agujero negro de la eternidad.

Remolacha. (en remojo...comiéndose las haches)

lunes, 17 de septiembre de 2007

mi espejo: mil mujeres...

Rivalizo conmigo... me miro al espejo del mundo y no sé cuál de las mujeres que llevo dentro quiere hacerse ver hoy...y se pelean entre sí, una cincha para fuera, la otra tira para dentro, una grita impaciente, otra solloza sin aparente razón, una toca un acorde desafinado y la otra habla sin decir nada...

No las quiero escuchar pero el desconcierto que causan es tan atractivo y ambiguo que termino siendo un poco de cada una, así las dejo conformes a todas, inclusive a mí, y por un momento puedo suspirar y seguir...todo parece ser horizonte, llego a destino a veces sin saber cómo, me descubro con lo que queda de mí y de ellas, esas "locas" que me han ido moldeando y me persiguen, me encuentran, las encuentro y sin las cuales no sería...


Palabras de madre, hechizos de bruja, complicidad de amiga, comprensión de abuela, ceguera de enamorada, consejos de hermana, ilusiones de niña, instinto femenino; sombras y resplandores de otras tantas que no recuerdo, quizá porque hoy decidieron callar para renacer mañana, pero siguen actuando a través del silencio...

Me miran desde adentro del espejo, no quiero llenarlas de reclamos, tampoco abandonarlas. Me hago responsable de escucharlas, sentirlas y quererlas, formamos todas juntas siglos de herencias con olvidos y recuerdos.

Por eso a ellas les dedico este sencillo espacio, no las culpo, les agradezco el encanto y los tesoros, también los miedos; lo que debió haber sido, fue y será. Hemos aprendido a dialogar entre mis paredes mientras obedezco, trasgredo, sonrío, lloro, canto...y contra ellas y por ellas en este momento decido ser yo...

Beterraba, en alguna noche...

lunes, 10 de septiembre de 2007

Remolino, remolacha...

La calle y el vapor de estos días conspiró en contra de que escribiera por primera vez...miento,

también fueron sucediendo distintas cosas, cada una más disparatada e insólita que la otra, y se acumularon luchando entre ellas para ver cuál de todas merecía ser contada...
Y al final: ninguna. Es como cuando repetimos muchas veces una palabra en voz alta y pierde el sentido, el significado...pierde todo, y por algunos segundos parecería no haber existido nunca. Si fuera así de fácil, si sólo bastara con creer que tenemos poderes mágicos para tenerlos...

Tal vez la magia de las palabras sea suficiente...(aunque a veces desearía olvidarme de cómo se pronuncian o de qué quieren decir).

Estuve pensando lo de "beterrava"...y en cuanto a mí, sólo puedo decir una cosa:

"remolino, remolacha..." (te acordás de esa canción?) es como si la R rodara, rrrrrrrr, gruñiendo, y se arrastrara por el agua, el viento, el polvo, la gente....y se transformara en corriente, en tornado, en desierto y en multitud...como si no supiera quién es, ni qué quiere, como si se cayera, rodando, riendo, rugiendo, reventando las piedras y revéntandose...corriendo sin rumbo...huyendo rumiando...llorando risueña, muriendo de rabia, gritando ridiculeces al aire, escribiendo retoños de pensamiento que se deshacen, y ya no son más que palabras cuando alguien los lee...

Por todo eso, si algún día alguien me pidiera que fuera una letra (y ese día fuera hoy), eligiría esa R. Mientras tanto seguiría siendo un espacio en blanco, un paréntesis, unos puntos suspensivos...todas las letras del alfabeto desordenadas...o simplemente un signo de interrogación...

lunes, 3 de septiembre de 2007

buena elección...


Sin saber hasta hoy, puedo decir que me siento de alguna forma como una "beterrava o remolacha". Primero porque es así que se define este blog y segundo porque después de una breve investigación descubrí que se plantan en primavera, se cosechan en otoño y son muy sensibles al frío.
Lo anterior me hace pensar que de alguna manera debo pertenercer a la familia remolachera o beterravachera. Siempre me he preguntado por qué no hibernamos y salimos descansados a disfrutar la primavera, ya que en invierno tengo menos ganas de todo, lo que me trae como resultado una sensiblidad más solitaria, quizá también más sensible y tal vez parecida a la de la beterrava.

Además si fuera una, también me llamaría "Beta Vulgaris", lo que puede tener muchos significados y sonar como vulgar. Ah!! y tendría como primas a un millón de acelgas que son aún más vulgares dejándose llamar "Beta vulgaris ssp vulgaris"( y yo que las creía discretas!).

La cosa es que descubrí que la Remolacha o Beterrava en su versión azucarera hasta tiene un museo allá por España y puede transformarse tanto en azúcar como en colorante.
Y si fuera una beterrava de seguro soñaría con escaparme del cajón de la feria (eso si tengo suerte de llegar a uno) y poder pintar calles y muros de ese color rosado, medio violeta, medio vino, medio rojo, que aún no sé el nombre o es como otra de las tantas cosas que aún no tiene uno.
Ahora te toca a tí remolacha de aventuras...