domingo, 27 de enero de 2008

sin sabor

El salero ya no tenía sal y tampoco quedaba rastro de azúcar en el azucarero.
Los granitos se habían ido cayendo de a poco, uno tras uno, en una pelea enredada por la dignidad…
La comida resultó insulsa y esperaba que el té no se evaporara antes de que lo volviera a probar.
Tratando de no pensar, golpeó a esa puerta, pero no hubo respuesta de sabor, de color, tampoco de aroma. El gusto se fue extinguiendo, hasta silenciosamente irse olvidando... y se olvidó de ser una vez más...
Caminó, corrió y hasta una vuelta carnero pretendió dar. Se sintió ridículo por querer, por probar, por buscar aunque sea por última vez.
Volvió y miró la taza, ya todo estaba frío. Pensó que no valía la pena inquietarse nuevamente en busca de esa sensación, tratando de vivir, revivir con excesos, pensar qué era lo que lo hacía feliz.
Él creía saber donde estaba el azúcar, él creía saber quién escondió la sal, él creyó hacer todo para encontrar, pero se fue pensando cuál fue el error…
Ella no sabía de dos, ella no quiso compartir, ella se guardó el sabor entre los dedos y cerró su mano sin avisar…
Bete...

jueves, 24 de enero de 2008

Inventario de ojos


Ojos abiertos, ojos cerrados,
ojos de sueño, ojos desentendidos, ojos mentirosos,
ojos perdidos, ojos caprichosos, ojos misteriosos, ojos enloquecidos,
ojos desalentados, ojos enfermos, ojos malos, ojos tiernos, ojos graciosos.
Ojos tristes, ojos mimosos, ojos distantes, ojos cansados,
ojos dispuestos, ojos avergonzados, ojos familiares, ojos desconocidos,ojos que no veo, ojos amigos, ojos conquistadores, ojos que buscan, ojos picarones, ojos desconcertados, ojos nostálgicos, ojos aburridos,
ojos marrones que un día fueron verdes…
Ojos que hablan, ojos que callan,
ojos que no dicen nada, ojos que dicen más que una palabra…
Muchas fueron las miradas que me dieron tus ojos,
todas seguidas de silencio tuyo, no mío, todas pueden ser mucho más de lo que me imagino, o ser simplemente miradas de tus ojos sin ningún sentido…

Beterraba hace mucho...


martes, 22 de enero de 2008

La vida así

Te extraño hasta los codos.


Con la cara, los cachetes y los labios.

Te extraño en bici y en la ducha.

En la olla y en la garganta.





Te extraño en mi tiempo y mi tiempo te extraña.





Qué triste es la vida así. Sin cariño.



Remo...

los peces se fueron de casa


los peces se fueron de casa. Nadaban acá desde chiquitos,

pero se fueron de casa.

Los vimos crecer, cómo se les ponían las escamas. Les enseñamos a mover la cola y a usar la aleta izquierda igual o mejor que la derecha.

Pero se hicieron grandes y fueron a la escuela. Todos queríamos que aprendieran a leer y escribir. No creímos que algún día se irían.

En casa la cocina era un estanque. Todos usábamos trajes de baño para estar ahí; era la zona familiar y pasamos muchos lindos momentos de remojo.

Ahora comemos sobre la mesa y ya nada es lo mismo.

Sin los peces esto se parece a un desierto: las algas se secaron, y con las caras resecas ya no podemos casi articular ningún movimiento.

Qué difícil es volver a caminar…

Los peces se fueron de casa y yo lo único que quisiera es que hagamos burbujitas todos juntos, algún día, de nuevo…


Remo...

amalia



Amalia se llena la boca de pasta de dientes y escupe sobre la pileta.

Estoy segura de que tiene la barriga llena de agua, la vejiga llena de orina, y quiere reventar pero no puede.

Amalia: no importa el color de tu pelo, ni el de tus ojos, no importa ninguno de los recovecos de tu cuerpo, que era hermoso. No importás tú, aunque insistas junto a la heladera o frente a la ventana.

La gente pasa y mira. Mira y no hace nada. Las personas quieren morirse de viejas y sin problemas. Como tú, y como yo.

Más conveniente sería que te cortaras el pelo y dejaras de ponerle tinta roja al shampoo. Más valdría que cuando te sientes a esperar que se termine la siesta, te vistas y no te quedes en camisón, ni semi desnuda.

Tu desnudez ya me da pena. Y te hablo como hombre, porque cuando te hablo, me hablo a mí misma. Tan original soy…

Amalia, no vuelvas a morirte nunca más. No vuelvas. Amalia, veo tu espalda, lisa y color ocre, sobre el colchón tirado en el suelo. Veo tu espalda y quisiera tocarte con mi mano. Dejar mi mano sobre tu espalda. Soltar mis dedos, dejarlos caer.

Amalia, la sábana te cubre recién cuando empieza tu cadera. Tu pelo largo sobre la almohada, un mechón a punto de resbalar por tu hombro derecho. Tu espalda levemente encorvada, acurrucada, pero larga, como un camino que se ensancha.

En lo que resta libre de la cama ya no hay nadie. Se ha ido. Tan rápida, tan invisible es su presencia. Y te ha dejado tan sola…yo no entiendo, ¿cómo es posible?

Quisiera acostarme junto a ti y morirme a tu lado. Amalia, duermo al compás de tus pulmones. Duermo, pero antes cuento una a una tus vértebras, y me enamoro.
Remo...

el puto vacío



Al fin vengo y digo.
Te digo a ti, hoja en blanco, pantalla en blanco, corazón en blanco. Pero no importa cuanto blanco halla, porque, en fin, estoy diciendo, y duele menos cuando digo. El blanco duele menos.

El vacío se expande. De la mente hacia fuera. El vacío se prostituye pero sin dinero. Se acuesta con todos y todas, todo le viene bien al vacío.

Eso no es prostituirse, eso es iniciativa.

El vacío toma impulso y busca. Encuentra rechazo, encuentra compañía. Un metatarso, que suena a dinosaurio y podría ser un hueso (o estamos equivocados), lo invoca a vaciarse.

El vacío que era mío me dejó por otra. Me cambió. Me abandonó y se fue en silencio, como de costumbre, llevándose la nada y el todo. Porque el todo era la nada. Y nada era mi adentro y mi vacío. Satisfecho por haberse ido, se olvida de mí y de nuestros recuerdos. Recuerdos insípidos, sin comienzo, sin fin ni medio; recuerdos sin historia ni personajes, vacíos como el espejo que le refleja.

Pero no cuesta esto de quedarse sin vacío. No es algo que haga falta, ni que se extrañe en la cama. De noche extraño lo opuesto al vacío, y eso es más difícil recuperarlo.

Recuperar la lengua y el olvido, la historia, el origen, el pasado en común. ¿Dónde está mi común? ¿Dónde está el tuyo y el suyo? Espero que no se lo haya llevado el vacío.

Al fin vengo y digo, y callo, recallo, redigo, invento tu vida, y te borro del mapa. Pero no quiero, borrarte del mapa. Te hablo y te oigo, mientras te estoy olvidando todo el tiempo. Porque todo el tiempo recuerdo, eso que ya se va a gastar…y en este lapso intermedio cuento hasta el infinito y antes de entrar, empiezo la cuenta, una y otra vez…qué difícil se gastan, los recuerdos míos son de los buenos…defecto de fábrica.

Remo...

martes, 8 de enero de 2008

...deseos... viejos... para... un... año... nuevo...

Correr más que para cumplir con el reloj… sentir sin miedo a lo que pasará mañana… quedarme en casa mirando el techo sin la culpa de que hay muchas cosas que hacer… caminar y no mirar el camino…sentarme en la vereda de pijama… poder creer…comer todo el día chocolate… sin aburrirme… no marcar encuentros, ir cuando intuya que es el momento… reírme y no sentirme cruel… llorar sin pensar que los motivos son insuficientes… soñar con la convicción de que ya es una realidad… acordarme mayormente de lo que me hizo bien… no escuchar los comentarios sin sentido… poder tomar sol sin usar protector… llegar a diciembre y no hacer retrospectivas… tomar sin emborracharme de pavadas y sin necesitar ir al baño… mirar y ser incapaz de recordar lo que duele… poder decidir y no mirar alrededor… vivir sin puntos suspensivos… hacer y no esperar respuesta… andar descalza hasta el anochecer… escuchar la radio sin los avisos… perder el celular y no necesitarlo… soñar despierta… que no se me queme la comida… ropa que nunca deje de servir…en realidad, ¿para qué usar ropa?... dormir durante casi todo el invierno… verduras con sabor a dulces… cumplir un año más sin sentirme envejecer… romper todos lo espejos y no tener siete años de mala suerte… dientes que se laven automáticamente… pies sin olor… antitranspirante vitalicio… insectos invisibles… dinero sin poder… pensar en la familia y no sentir nostalgia… entender al sexo opuesto más de una vez al día y sin perder la paciencia… enviar la carta que está en el último cajón… saber cuál es la carta que me queda por jugar… enfrentar los problemas con una carcajada sincera… creer que hay inocencia inocente… saber si existe el cielo o el infierno, o ambos, o ninguno… no tener que prender el calefón… seguir poniéndole pasto y agua a los camellos de los reyes… flores entre las baldosas… grillos que también sepan tocar guitarra… que mi amigo invisible se haga visible por un día… miradas sencillas… palabras francas… manos saltarinas… no esperar… confiar en la intuición... no querer saber… poder tropezar mil veces en la misma piedra sin causar daños… saltar y volar… amigos todos los días y todas las horas, a cada segundo… que la revancha venga de una vez por todas!... y... que nada de esto se relacione con lo que se deja llamar utopía…
...Beterraba...