No las quiero escuchar pero el desconcierto que causan es tan atractivo y ambiguo que termino siendo un poco de cada una, así las dejo conformes a todas, inclusive a mí, y por un momento puedo suspirar y seguir...todo parece ser horizonte, llego a destino a veces sin saber cómo, me descubro con lo que queda de mí y de ellas, esas "locas" que me han ido moldeando y me persiguen, me encuentran, las encuentro y sin las cuales no sería...
Palabras de madre, hechizos de bruja, complicidad de amiga, comprensión de abuela, ceguera de enamorada, consejos de hermana, ilusiones de niña, instinto femenino; sombras y resplandores de otras tantas que no recuerdo, quizá porque hoy decidieron callar para renacer mañana, pero siguen actuando a través del silencio...
Me miran desde adentro del espejo, no quiero llenarlas de reclamos, tampoco abandonarlas. Me hago responsable de escucharlas, sentirlas y quererlas, formamos todas juntas siglos de herencias con olvidos y recuerdos.
Por eso a ellas les dedico este sencillo espacio, no las culpo, les agradezco el encanto y los tesoros, también los miedos; lo que debió haber sido, fue y será. Hemos aprendido a dialogar entre mis paredes mientras obedezco, trasgredo, sonrío, lloro, canto...y contra ellas y por ellas en este momento decido ser yo...
Beterraba, en alguna noche...