miércoles, 18 de febrero de 2009

recuerdos, viejos y nuevos



La bóveda celeste.
Bodega de cielo líquido.
De balastro cielesto, que es el que viene de los volcanes y se recoge del pedregullo bajo las hamacas:

- ¿Por qué esta piedrita es azul?
- Para adelante, para atrás, para adelante, para atrás…

- Porque es lava petrificada…de hace miles de años cuando todavía existían los dinosaurios.
- Para adelante, para atrás, para adelante…
Las mismas hamacas donde están los niños que piensan que somos ángeles.
Eso porque no conocen a los que andan en bicicleta sin bocina y te pisan los talones:

- ¿Por qué me chocás, me ibas a pasar por arriba?- Es que no sabía tu nombre.

y te despiden con ojos grises idos, pedaleando con rueditas traseras…y aunque livianos, no se caen en el estanque de arriba, que es oscuro si lo ves desde el hormigón.
- …para atrás… para adelante



remolacha.

domingo, 15 de febrero de 2009

mi felicidad es simple




vengo de una familia triste.

nuestra tristeza no tiene fronteras.

nuestras fronteras no tienen marcas.

nuestras marcas son de la tristeza.



remolacha.


domingo, 1 de febrero de 2009

sin ti, tulo

hay quienes los domingos, en vez de ir a misa, declaran la guerra.

yo, hace algunos domingos que solamente rec-vi-uer-vo-do.

a veces se me va la mano…y no sé si estoy viviendo o recordando,
“que no es lo mismo, pero es igual”.

y cuando soy consciente que recuerdo, no sé si lo viví o lo inventé, que definitiva y cruelmente, no es lo mismo.



remo.


somos todos rosas rojas/somas todas rosos rojos



Creo que la rosa con su rojo
y con su verde se desangra
y se planta como un coágulo
en la piel una espina no lastima
si pincha no corta.

Me lo imagino al corazón cuando late
al corazón con tanta sangre
me las imagino a las venas
que están llenas de corazones.

Y desparramado, dentro de la carne, el polen rojizo.
Y creciendo en el estómago y de a poco, una plantación de flores.

Me las imagino a las flores indecisas
primero pimpollos y después pétalos.

Me lo imagino al cuerpo florecido,
y por las orejas las ramas,
y por la nariz las hojas,
y por la boca el aroma del gusto que tiene tragarse un jardín de rosas.


lacha.