Quizá sea sólo eso, momentos al fin.
El trajinar de los pasos cotidianos nuevamente me sorprende con otros caminos. Voces y ruidos, miradas con lágrimas viejas, de males guardados y alegrías sufridas. Allí en lo esperado, lo inesperado. Desespero.
Ya casi resignada, le doy otra chance al asombro, me asombro.
Le pido por favor no me traicione en este hoy, le juro he aprendido, y una vez más acepto saltar éste vacío.
Beteinvierno
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