Quisiera tener un frasquito que retuviera momentos.
No quiero que se transformen en recuerdos, quiero que existan con su calor, sus palabras, su música y sus regalos. Quiero poder sentirlos, olerlos, mirarlos, soplarlos...
A revivir le sobra un re para ser vivir.
Los recuerdos nunca me bastaron, mi memoria no sabe de fidelidad.
Bete
domingo, 24 de enero de 2010
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1 comentario:
el asunto es que los recuerdos se desarrollan, sin pedirnos permiso...
y nos pellizcan bajo las costillas justo cuando caminamos descalzos sobre el piso mojado, y chas! nos caemos de culo en la realidad...
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