domingo, 1 de noviembre de 2009

las manos nuestras


-->


a tin

-->
casi desaparece
un mundo
hace unos días.
aún no se terminan, creo,
los días de este año, mundo.
llora una parte nuestra.
dentro de mi cuerpo
el dolor vacila.
vacío, frente al dolor.
pienso en el niño sin padre
por siempre
desde su lejanía más remota
nunca
nunca
nunca el vacío lleno.
la muerte nace desde el comienzo.
en este país la muerte, hubo un tiempo.
la muerte en las manos nuestras. la muerte
del cuerpo
del alma
de la sangre
desparramada dentro del cuerpo
y a la fuerza.
la ausencia de la sangre que no dio a luz.
este país… vacío el hijo por siempre.
yo sin poder decirle
“perdón”
por mis manos vacías
por el tiempo
por las manos nuestras.
remolacha.

2 comentarios:

Eclipse dijo...

me llenó de una tristeza terrible... se me llenaron los ojos de lágrimas por ese niño al que una necesita decirle "perdón" porque con las manos vacías (quizás no del todo, pero con nada que pueda llenarlo) se siente culpable de ese dolor.
no sé por qué, me invadió una comprensión extraña, una empatía. probablemente por la profundidad de tus palabras, por la sensibilidad con que escribís...
pedimos perdón por el dolor ajeno, porque el nuestro nos parece tan poco...
ay, maca, ay!

Beterraba y Remolacha dijo...

Remo, un poco como Eclipse, pero aún estoy casi paralizada ante tus palabras... dicen tanto tanto...
Ese dolor ajeno que en realidad es tan nuestro, ese dolor de todos, pero que a veces sólo algunos lo sienten...
pido perdón también, con un aprieto incrédulo entre los dedos...